En nuestro artículo anterior, los 5 pilares de una vida más sostenible, hablamos de cómo modificar algunas de nuestras acciones cotidianas puede ayudar a conservar el planeta. Señalamos, entre otras, la reducción en uso del automóvil, consumir menos carne, usar sólo la electricidad necesaria, consumir menos en general y evitar el uso de plásticos al máximo. La necesidad de realizar estos cambios se basa en que todas nuestras acciones de consumo generan impacto ambiental, desde los alimentos que comemos, pasando por nuestra ropa, artículos, vehículos e incluso la cantidad de vuelos que tomamos por año. ¿Pero cómo se calcula este impacto? Existe una metodología llamada huella de carbono que estima el impacto ambiental al calcular las emisiones de gases de efecto invernadero (G.E.I.) que se generan debido a todas nuestras actividades y todos los productos que consumimos, las cuales se traducen en kilos o toneladas de dióxido de carbono para deducir el aporte de cada uno de nosotros al calentamiento global.
A continuación vamos a ilustrar el concepto de huella de carbono con un ejemplo que permite ver de manera comparativa la cantidad de G.E.I. a lo largo de la cadena de suministro de varios alimentos, con un ejemplo tomado de Ritchie 2020 (1). Hemos insistido mucho en la necesidad de reducir el consumo de carne de res, entonces empezaremos revisando las emisiones generadas al producir 1 kg de carne. En el gráfico se puede apreciar que para producir un kilo de carne de res se generan 60 kg de dióxido de carbono, equivalente a conducir aproximadamente 267 Km en un automóvil convencional. La mayoría de las emisiones en este caso provienen de procesos agrícolas, incluyendo el metano y óxido nitroso creados por el estiércol del ganado, los fertilizantes aplicados, y la maquinaria usada. Adicionalmente, el cambio en uso del suelo para el establecimiento de potreros y el cultivo de plantas forrajeras para el ganado genera un importante porcentaje de emisiones, debido a la tala de selva. El resto de las emisiones provienen de procesos industriales, transporte, y venta de alimentos, entre otros.
Se puede apreciar también en el gráfico que las carnes blancas, otro alimento con alto contenido de proteína, corresponden a una muy buena alternativa, con solo 6 kg de dióxido de carbono por kg de carne equivalen aproximadamente al 10% de aquellas generadas por un kg carne de res. También se puede notar como los productos vegetales, incluyendo alimentos altamente nutritivos como los frijoles, generan un porcentaje mínimo de emisiones en comparación a la carne de res, con 1 a 3 kg de dióxido de carbono por kg de producto. Si bien el ejemplo solo habla de dióxido de carbono, aclaramos que se han ajustado los cálculos para abarcar todas las emisiones, incluyendo otros G.E.I. como el metano y óxido nitroso, los cuales fueron convertidos a “equivalentes en dióxido de carbono”. Otro factor que infla nuestra huella de carbono es el nivel de consumo, ya lo hemos dicho en varias ocasiones, consumir menos es una de las formas más eficaces de cuidar el planeta y disminuir las emisiones de G.E.I. Nuestro estilo de vida actual está acompañado del consumo de gran cantidad de productos, en muchos casos innecesarios, provenientes de China que además de estar hechos de plástico, vienen en empaques del mismo material. Para producir plástico hay que extraer petróleo, lo cual destruye selvas y contamina el aire, el agua y los suelos, y también es necesario realizar procesos industriales que como consecuencia elevan las emisiones. Según un estudio publicado en diciembre de 2021 en la revista Nature Sustainabiliy entre 1995 y 2015 las emisiones ocasionadas por la producción de plásticos a nivel mundial se doblaron, y en 2015 llegaron a 4.5% de las emisiones globales (2). La huella de carbono varía con el estilo de vida y tiende a ser más grande en países ricos donde el nivel de consumo es mayor. Por ejemplo, la huella de carbono típica de una persona en Estados Unidos es alrededor de 28 toneladas (25.000 kg) de dióxido de carbono al año, mientras que el promedio global es de 7 toneladas (6.350 kg) de dióxido de carbono al año (3). ¿Y tú qué huella quieres dejar? Vale la pena calcular cuál es tu huella de carbono personal o familiar y pensar en que acciones simples puedes tomar para reducirla. Te recomendamos utilizar la siguiente página que te ayudará a calcularla en unos minutos, es algo muy sencillo, sólo debes responder unas preguntas y obtendrás tu resultado, por aquí te dejamos el enlace: https://www.footprintcalculator.org/home/es Así mismo te invitamos a volver a las raíces, a lo básico, a retomar prácticas de hace varias décadas, llevar las bolsas reutilizables, a rescatar materiales vegetales para la fabricación de empaques, a comprar a granel cuando sea posible y usar contenedores reutilizables, a limpiar el plato como dicen las abuelas, a apagar luces, y a arreglar los artículos dañados cuando sea posible, pues la cultura de lo desechable está destruyendo nuestro planeta, no le copiemos. ¡Hasta pronto!
Nuestra misión en Latinos sostenibles es ayudarte a vivir una vida más sostenible. Si te interesa saber más sobre temas ambientales te invitamos a revisar nuestros artículos, videos y otros materiales en las redes sociales, o contáctanos con sugerencias al correo electrónico: latinossostenibles@gmail.com
Comentários